Esos cables que antes no sabíamos dónde meter se convierten en aliados cómplices divertidos, que crean formas y dibujos e invitan a soñar. ¿Te apuntas a esta tendencia?
Las bombillas de carbono o filamento de carbón acercan el pasado a la moda vintage y son aptas para cualquier instalación. El filamento está formado por hilo de carbón y es precisamente su longitud y color lo que preocura a la bombilla su vistosidad.
Se suelen fabricar en tres formatos: tubular, esférica o de globo y de pebetero. Agrupadas y a diferentes alturas, suspendidas únicamente de un cable y sobre una mesa de comedor, un rincón de lectura o una cama quedan ideales, aportan volumen sin cargar la estancia.
También son perfectas para iluminar cualquier esfera o tulipa de cristal y con pantallas semitransparentes, tanto en lámparas de suspensión como en las de sobremesa.